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16 de julio de 2016

Echaron a una ejecutiva de Aerolíneas muy vinculada a Recalde



⁠⁠Pilar Ramírez era una superviviente al cambio de Gobierno. Pese a ostentar un cargo importante en Aerolíneas Argentinas y de tener fluidas relaciones con su ex titular, Mariano Recalde, había logrado mantenerse en la compañía que, desde el 10 de diciembre, dirige Isela Constantini. Pero el martes fue su último día en AA, que decidió despedirla de su cargo en la gerencia de Marketing por presuntos manejos irregulares.
Según pudo saber Clarín, agencias de publicidad que trabajaban con Aerolíneas hicieron llegar a oídos de Constantini que, para ser contratadas, eran obligadas por el área que manejó Ramírez a dejar un porcentaje del valor de sus servicios, el vulgarmente denominado "diezmo". Y que al parecer se trataba de una práctica habitual en la compañía. La ex CEO de General Motors no dudó en tomar la decisión y el martes se le comunicó a Ramírez su desvinculación.
La explicación oficial de la compañía, ante la consulta de Clarín, fue que “se quería darle un cambio de perfil al puesto” y evitaron referirse al tema.
Del mismo modo, según pudo saber Clarín por otras fuentes, “por ahora” no habrá una denuncia formal. Este diario intentó comunicarse con Ramírez para conocer su postura. Desde su entorno, precisaron que el telegrama de despido consignaba “una reestructuración del área comercial” y negaron rotundamente la acusación. “Hace años que trabajamos y nadie tuvo que dejar ningún porcentaje para trabajar con Aerolíneas. De ser así, le hubieran hecho un sumario y un despido con causa. Esto huele a una persecucion y a que quieren poner gente de su confianza”, argumentaron.
De estrecho vínculo con Recalde, a quien solía acompañar a reuniones empresariales y personales, Ramírez disponía de una preciada caja: 16 millones de dólares por año para realizar acciones de marketing y publicidad en Argentina y en el exterior.
Entre los empleados de AA la medida fue un cimbronazo, dado el poder que había consolidado Ramírez, cuyos colaboradores más cercanos seguirán en la compañía, pero destinados a otros sectores.
Dentro de La Cámpora, pese a su relación con Recalde, Ramírez no es bien vista. Le reprochan que “siempre hizo su juego” y que “pasó de 'hacerse' que era de La Cámpora a cortarse sola” tras el cambio de Gobierno.
Arribada a AA tras la estatización, Ramírez estuvo a cargo del área durante varios años, pero en el último tramo de la gestión de Recalde había sido corrida a la Fundación Aerolíneas, donde disponía a discreción de los pasajes de “cortesía” que ofrece la empresa para ayudas comunitarias en el país. Pero con la llegada de Constantini, había vuelto al sector de marketing.
El martes juntó a su equipo y, entre lágrimas, les comunicó a sus asesores que había sido despedida. La medida zanjó -al menos por un rato- la grieta en AA: cuentan que hubo trabajadores, nucleados en La Cámpora, apoyaron a Constantini.

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