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30 de mayo de 2008

A 80 días, el conflicto agropecuario toma rumbo desconocido


Porque es evidente que los Kirchner no quieren resignar US$ 1.500 millones.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Los 'traders' del mercado a término de cereales se preguntan por qué fueron tan confusos Alberto Fernández y Carlos Fernández en sus anuncios, y agregan su sorpresa por el desconocimiento acerca de cómo funciona la compraventa a futuro ya que, luego de tanto palabrerío, no cambiaron nada.
Los 'traders', al igual que los productores y todos los integrantes de la cadena (parasitaria) de intermediación, evalúan la estrategia gubernamental en base a la hipótesis de que los funcionarios quieren concluir un conflicto que, al cumplir 80 días, ya es evidente que puede afectar la actividad económica.
Sin embargo, no es el punto de vista gubernamental. Los Kirchner fueron al conflicto porque necesitaban US$ 1.500 millones adicionales y, desde entonces, el eje de la política gubernamental es la defensa de su mayor participación en la renta agropecuaria.
A su vez, la decisión de los productores es mantener su reclamo de no ceder ese dinero con una variedad de argumentos, pero básicamente porque lo consideran arbitrario y, por lo tanto, injusto de parte de una Administración que
> no manifiesta interés en impedir el incremento de precios de los insumos,
> sí manifiesta desprecio o, al menos, desdén por todo lo agropecuario porque afirma que sólo importa la industria manufacturera,
> malgasta los recursos tributarios, y
> no genera un Estado que ofrezca una contapartida equivalente al aporte de los contribuyentes.
Pero básicamente el reclamo de los productores irá hasta las últimas consecuencias porque ellos sospechan que los Kirchner pueden terminar intentando apropiarse de más porciones de la renta agropecuaria.
Nadie ha olvidado una frase adjudicada a Guillermo Moreno, y nunca desmentida: "No hay tope para los impuestos al campo", basándose en algo que realmente opinan puertas adentro: que la soja crece como un yuyo, que el ganado se desarrolla de cualquier manera, que la leche se produce sin esfuerzo. En definitiva, que el campo 'la hace en pala sin calentarse mucho'. Es un desconocimiento de qué es el campo moderno, el rol agroalimentario de la Argentina, y una explicación de su alianza política-económica con la Unión Industrial Argentina.
Si no se comprende que el Gobierno defiende su autoridad y necesidad para participar más en la renta agropecuaria, y la decisión de los productores de impedirlo, no se logrará una visión adecuada de qué está en juego y porqué a 80 días, el conflicto no cede, ni cederá.
Además, solamente así puede comprenderse porqué los productores gozan de una gran solidaridad en sus áreas de influencia.
El Gobierno ahora apuesta al desgaste de los productores ("No pueden seguir más tiempo en las rutas"), y ellos apuestan a las consecuencias inevitables que, sobre el resto de la economía, tiene el conflicto ("Esto va a ser tierra arrasada").
El anhelo de Cristina de Kirchner sobre el crecimiento 2008 para cerrar un lustro de crecimiento inédito en la historia argentina, parece no interesarle a Néstor Kirchner, porque él ya cumplió un cuatrienio de crecimiento inédito.
Luego, Kirchner supone que sin esos US$ 1.500 millones adicionales tendría que revisar compromisos políticos con diversos aliados. Kirchner se enoja y grita: "No me van a enfriar la economía", pero parece ignorar que la economía se está enfriando de todos modos, y con inflación.
"Si renunciamos a estos US$ 1.500 millones vamos a tener que renunciar a mucho más dinero", explica un funcionario justificando el desinterés por la pérdida de imagen positiva de los Kirchner y de su Gobierno.
Un senador nacional oficialista, se encoge de hombros y murmura: "Las elecciones de 2009 ya están perdidas. Estamos trabajando en las de 2011. Tenemos tiempo".
Probablemente lo esuchó en la Casa Rosada. O en Olivos. Probablemente lo comparte porque él no necesita renovar su mandato en 2009 sino en 2011. Pero desde cualquier punto de vista es inconsistente. Los Kirchner dicen que pueden mantener abierto el conflicto pero saben que su aislamiento -necesario para mantener la rudeza del conflicto- activó una cuenta regresiva por la complejidad que ya alcanza la crisis.
Resulta increíble que el Gobierno haya escalado el conflicto, y que no lo haya definido de forma positiva, para volcar a su favor la manifestación del día 25 en Rosario.
Los costos que ha pagado el Gobierno, hasta ahora, son mayores que los del campo, y serán aún mayores, eso es evidente. Y ya superan los US$ 1.500 millones que Kirchner dice defender.
Lo peor es que cuando todo acabe, la agenda que espera al Gobierno provoca pánico en la sociedad, porque es la misma que ya había el 10 de marzo, pero con más fuerza, y deberá enfrentarla una Administración debilitada por el propio conflicto.
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